18 de mayo de 2023
En un cálido homenaje, nuestro Archivo Institucional fue bautizado con el nombre de Raquel Radío de Marizcurrena. El recuerdo de una de las fundadoras de la Asociación se hizo presente en la Casa por la Identidad, en la voz de compañeras, nietos, familia y colaboradores.
"Era una Abuela de toda la cancha", afirmó el nieto Leonardo Fossati en el acto de imposición de nombre del Archivo Institucional. Fallecida en 2017, Raquel fue una de las fundadoras primero de Madres y luego de Abuelas de Plaza de Mayo, pilar indiscutido de nuestra institución.
Entre sus múltiples tareas, se encargaba de seleccionar y recortar minuciosamente las noticias de diarios y revistas relacionadas con la búsqueda, para conformar lo que hoy es parte fundamental del archivo de Abuelas.
Leo Fossati evocó que Raquel estuvo detenida junto con Azucena Villaflor –quien más tarde sería desaparecida–, que se disfrazaba para investigar y buscar nietos, y que también cocinaba para sus compañeras. "Hacía el mejor chocolate caliente", destacó. A través de un video, la voz y la figura de la propia Raquel volvió a escucharse para reconstruir aquellos inicios de la lucha.
"La historia de trabajo de Raquel da origen al Archivo Institucional –expresó Matteo Maiorana, uno de sus integrantes–. Nos enriquece porque nos obliga a dialogar con nuestro presente, con nuestras acciones. Y no deja de sorprendernos su lucidez y creatividad".
Abogada de Abuelas entre los años 80 y 90, Mirta Guarino rememoró su paso por la Asociación y entregó a las Abuelas “la carpeta de los secretos", un material histórico de búsqueda que ella conservó y que hoy ya forma parte del Archivo. Y puso en relieve el trabajo de Abuelas: "El legado de la cláusula argentina de la Convención (de los Derechos del Niño, Niña y Adolescentes) es para siempre: significa el reconocimiento del derecho a la identidad". Su colega Pedro Kauffman, quien integró el equipo jurídico de la institución, prometió también aportar su archivo histórico "para apasionar a otros" con esta lucha.
"Raquel fue una Abuela hermosa, siempre le tuve un cariño gigante. Tengo mil anécdotas con ella", manifestó el secretario de Derechos Humanos de la Nación y nieto restituido, Horacio Pietragalla. "Estaba todo el tiempo. Se mostraba dura, pero era muy tierna. La voy a seguir amando siempre", añadió.
María Camila Santa Cruz, colaboradora histórica y Abuela honoraria, contó: "Desde el primer día en el departamento de la calle Montevideo (primera sede propia de Abuelas), Raquel fue recortando lo que nos mandaba una agencia de noticias. Además cocinó, limpió, cuidó a las otras Abuelas, nos hacía el cumpleaños a todas… ¡y era de Boca!".
Las risas, la nostalgia y la emoción recorrieron la ceremonia de principio a fin. El secretario de Abuelas, Abel Madariaga, la recordó con cariño. La colaboradora Julia Escobar señaló que fue Raquel quien la convocó a trabajar con ellas, hace más de 20 años, y ambas forjaron una relación muy estrecha, repleta de anécdotas. "Ahora, cuando entramos a la casa de las Abuelas, sentimos que todavía está. El amor que le tenemos es inmenso. Es el corazón de Abuelas", remarcó.
A su turno, Buscarita Roa relató: “Fui la última en llegar a Abuelas, la última en conocer a Raquel y la última en despedirme. Compartimos mucho tiempo y nos divertíamos mucho”.
El hijo de Raquel, Horacio, dijo que su madre “tenía en las Abuelas a sus hermanas, compañeras de lucha, amigas". "La alegría y el orgullo que sentía con cada restitución le daba fuerza para seguir adelante y sin duda la mantuvo viva todos estos años. Ojalá que la lucha que deja cada una de las Abuelas sirva para que esta historia no se repita nunca más", agregó. Durante el acto, el artista plástico Andy Riva le regaló un bello retrato de su madre.
El cierre incluyó la entrega del pañuelo original de Raquel, que estaba a resguardo de María Santa Cruz, a sus familiares. Antes de descubrir la placa que impone el nombre al Archivo, la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, la recordó con afecto y esa picardía que las unía: "Tantos años compartiendo con la querida Raquel, sus comidas, su presencia… Fue mi hermana. Era cálida. Brava, sí, pero conmigo nunca fue brava".
Mirando las fotos y la placa de homenaje, Estela renovó el compromiso asumido: “Ella no pudo conocer a su nieto. Seguramente desde el más allá nos sigue acompañando. Mi promesa a Raquel es que las Abuelas vamos a seguir buscando a ese ser querido que no pudo conocer. Desde el lugar en el que esté, en esa estrellita, lo va a ver".
Fuente: Abuelas
Autor/a: Abuelas
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