En julio de 1985 Laura fue localizada por Abuelas de Plaza de Mayo. Había sido inscripta como hija propia por sus apropiadores, de apellido Cacace. En marzo de 1986 los resultados del Banco Nacional de Datos Genéticos confirmaron que era hija de Stella Maris y José. En un principio se planteó una restitución paulatina. La familia y las Abuelas creyeron en la buena fe de los Cacace, pero éstos pronto empezaron a poner obstáculos y a dificultar las visitas. Debió pasar un año y medio más hasta que la Justicia declaró nula la falsa partida de nacimiento de Laura y, tras esta decisión, se otorgó la guarda de la niña a su tía paterna, Dolly Scaccheri. Laura se fue a vivir con ella y sus primos. Sus padres permanecen desaparecidos.
Laura Ernestina Scaccheri Dorado
- ADN: 1 de marzo, 1986
- Localización: 1 de enero, 1985
- Restitución: 13 de marzo, 1986
Laura Ernestina Scaccheri Dorado nació el 15 de mayo de 1977. Sus padres, Stella Maris Dorado y José Alberto Scaccheri, fueron secuestrados el 18 de julio de ese año en su casa de la localidad de Lanús, zona sur del Gran Buenos Aires, y trasladados a Campo de Mayo. La pequeña Laura, de dos meses, quedó en el domicilio y luego fue apropiada por un matrimonio vecino que presenció el operativo.
La familia de Laura Ernestina Scaccheri Dorado
197715 de mayo
Nacimiento del/a nieto/a
197718 de julio
Desaparición del/a nieto/a
1985enero - diciembre
Fecha de localización
33Número de caso resuelto
“Uno no recupera algo que ya estaba armado, es uno el que va armando también”
"Ya soy yo"
Stella Maris nació en la ciudad de Bahía Blanca el 12 de agosto de 1944. José el 3 de marzo de 1951 en la ciudad de La Plata. Junto a una compañera anterior tuvo a su primera hija. Stella Maris y José militaron en la Juventud Peronista (JP) y en la organización Montoneros. Sus compañeros la llamaban "Josefina" o "Juanita" y a él "El Flaco" o "Esteban".
“Laura es el nombre que conservé siempre. Sí me cambiaron el segundo nombre –cuenta la hija de ambos–. La identidad es una construcción. Desde el momento en que vos te enterás de toda esta historia, estás construyendo a la vez: es un inicio. No es que uno recupera algo que está armado: es algo que va armando”.
En 1987, cuando Laura –a sus 10 años– se enteró de la resolución judicial que determinó su restitución, tuvo una reacción memorable: “Ya soy yo”, le decía a todo el que la quisiera oír.
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